¡Buenos días de jueves, pececitos! ¿Qué tal vais?
Por aquí seguimos ideando miles de cosas para trabajar este verano de la forma más divertida, pero manteniendo nuestra labor en el aprendizaje de todas las personas con las que trabajamos.
Hoy os traigo una manualidad de luces y sombras muy facilita de poner en marcha:

¿Porqué creo que es bueno jugar a luces y sombras? ¿Qué estamos desarrollando?
Una de las ventajas más claras del juego con luces y sombras es el maravilloso desarrollo de la creatividad y la imaginación de las personas, porque podemos realizar miles de historias de las cosas que vamos mostrando y porque ellos mismos pueden crear las luces y sombras según ven las cosas y las imaginan.
A su vez, estamos desarrollando el conocimiento o pensamiento abstracto, puesto que vemos la sombra e imaginamos cómo es realmente la imagen. Es más, podemos crear la imagen aparte, reflejar la sombra en la pared y que vayan pegando encima la imagen correspondiente para asociarlo.
Si en vez de utilizar la manualidad que hoy presento, y como decía anteriormente son las personas quienes propiamente hacen con sus manos y cuerpo las formas, estaremos trabajando la expresión corporal.
Partiendo de las sombras que nosotros elijamos, podemos trabajar animales, geometría, letras, números…
Pero, para mí, hay un trabajo muy muy bueno detrás de este tipo de recurso, y es el trabajo del miedo.
El miedo es innato y muchas personas, incluso de adultas, sufren esta emoción por motivo de oscuridad. Esto suele darse porque el sentido que más usamos en el día a día es el de la vista y cuando pasamos a perderla, nos faltan estrategias de afrontamiento.
Cuando se trata de pequeños, debemos entender que un “no tienes que tener miedo” no es la solución a su sufrimiento, puesto que ellos siguen sin entender la razón por la que no deberían tenerlo. Lo mejor es mostrarles poco a poco lo que se esconde detrás de sus miedos. Una de las formas, es trabajarlo a través de este tipo de juegos que hoy mostramos.
Si jugamos con ellos en la oscuridad, aprenderán a que las sombras que aparecen en la noche en las paredes de la habitación tienen una historia detrás y no son peligrosas. Cuando se vaya la luz, verán una oportunidad de diversión sin necesidad de meterse debajo de la cama. Asimilarán que la noche es una parte más del día y que la oscuridad también es necesaria.
¿Cómo podemos elaborar la manualidad?
En el perfil de IG os dejo un reel en el que lo explico, pero básicamente necesitamos:
- Un vaso de plástico pequeño.
- Un poco de papel transparente.
- Un rotulador permanente.
- Una linterna o móvil.
Lo primero que debemos hacer es dibujar lo que queremos en el papel transparente. Yo siempre hago más de un dibujo y así aprovecho el mismo papel para diferentes sombras. En este caso escogí la temática del fondo del mar (por eso de ser La Pecera) y así trabajamos diferentes animales.
Después, cogemos el vaso y recortamos la parte de apoyo.
Ponemos el papel transparente y lo situamos en esa parte recortada. Yo uso papel film por lo que queda bien sujeto al vaso y no necesito utilizar celo para la sujeción, algo super importante si hemos hecho más de un dibujo, porque el papel no se estropea y lo podemos manejar bien para cambiar de sombra.
Ponemos la linterna en la parte contraria a la imagen, enfocándola, y ¡listo! ¡Ya tenemos nuestra sombra!
¡Espero que disfrutéis mucho del material y lo pongáis en práctica!
Un abrazo,
Lucía Hdez Maíllo.