¡Hola, pececitos! ¿Cómo estáis?
Hoy vengo a enseñaros la nueva adaptación de mi cubo de Rubik para trabajar la ortografía:

El cubo de Rubik tiene mil ventajas en la persona que lo trabaja, desde el control de emociones (debemos tener paciencia y calmarnos cuando no nos sale), pasando por el razonamiento lógico (pensar cómo mover unas para conseguir juntar otras) y llegando a trabajar la resolución de problemas.
En mi caso, lo cree para que la persona con la que trabajaba asociase palabras con cada regla ortográfica de una manera más lúdica, puesto que a veces, leer empieza a “aburrirles” y mi fin era evitar que empezase a rechazar la lectura. Por lo que empezamos a manejar este tipo de tareas.
En este caso, una vez adaptado, sumamos entones la asociación de palabra a regla ortográfica. Como veis, todas las imágenes representan una palabra que se escribe con alguna de las letras que más problemas nos dan a la hora de seguir la ortografía (y, ll, b, v…) y cada regla de ortografía se corresponde con un color. Por lo que, en un principio, los niños o personas tratarán de realizar el cubo siguiendo la lógica del color (sitúan el elemento en su espacio correspondiente, por lo que trabajamos inteligencia espacial también), para después ir razonando porqué esa imagen va en ese color. Por supuesto, de manera previa necesitan tener conciencia de las reglas ortográficas.
No es necesario decir, que a su vez estaremos realizando trabajos motrices óculo-manuales (giro) y habilidad matemática (cuántos giros para llegar a X sin que Y se distorsione).
Yo recomiendo su uso a partir de los 8 años, siempre respetando las características de cada personas, por supuesto.
¿Cuántas cosas más creéis que se trabajan con esta adaptación?
Un abrazo,
Lucía Hdez Maíllo.