¡Buenos días pececitos y pececitas superhéroes!
La semana pasada, en concreto el 19 de octubre, celebrábamos el día mundial del cáncer de mama. Aplaudo desde aquí a todas y cada una de las mujeres (y hombres, que también los hay) que han superado el bache. Sois el ejemplo a seguir. Unos superhéroes reales sin necesidad de llevar capa y antifaz, ¡Vuestra lucha es nuestra lucha!
Hoy, cambiando de día pero no tanto de tema, dirijo esta entrada con especial dedicación a los más pequeños y pequeñas, luchadores y luchadoras, con el objetivo de trabajar la inclusión en el aula después de la enfermedad. Tema que por desgracia es apenas tratado, incluso en la mayoría de los casos desconocido, para los educadores de las aulas ordinaria.
Hace un año, durante mi estancia en la Facultad de Burgos, realicé un trabajo para una asignatura al que llamé «La vuelta al colegio después de la enfermedad«. Este trabajo tenía por objetivo que los niños y niñas en el aula entendieran el proceso que lleva una enfermedad oncológica para que al darse un caso, todos pusieran de su parte para que la vuelta al colegio del niño o niña afectado fuese eficaz y completa.
Este objetivo, es un objetivo propio de la Pedagogía Hospitalaria, cuya finalidad es que los niños y adolescentes enfermos y/u hospitalizados, no se retrasen ni en su desarrollo personal ni en su desarrollo académico.
Tenemos que tener en cuenta, que el concepto de enfermedad varía dependiendo de las edades, y que una persona enferma no es igual cuando comienza su enfermedad que cuando la acaba, ya que su vida cambia completamente en todos los sentidos.
Ya habéis podido observar que soy bastante fan de la lectura, por lo que, para este trabajo, utilicé el cuento de «Lina, la pequeña golondrina«, de la autora Ana Mª García de Motiloa, que va dirigido especialmente a niños de la etapa entre 5 y 7 años, una etapa difícil ya que estos niños aún no entienden la enfermedad como podemos entenderla nosotros, sino que la ven como algo mágico, contagioso, incluso como un castigo por algo malo que han podido hacer. Por ello mismo, usé la lectura como puente de entendimiento.
«Lina, la pequeña golondrina» es un cuento que permite que, a través de su lectura e ilustraciones, el niño vaya dando significado a las situaciones que no entiende. En principio, el cuento va dirigido al niño que se encuentra en el proceso de la enfermedad, pero en mi caso, fue aplicado también a los compañeros de aula de ese niño o niña.
Como actividades, se propuso primero hacer una lectura del cuento y después, de manera individual o por parejas, debían asociar una serie de metáforas que aparecían en el cuento con una realidad que se vinculase al proceso de enfermedad y exponerlas ante el resto de compañeros razonando las respuestas. El educador puede encontrar las respuestas verdaderas al final del cuento, pero siempre es interesante escuchar las respuestas y razonamientos que pueden darnos los alumnos, ¡muchas veces son más coherentes y nos hacen ver las cosas de una forma mejor!
Si ustedes tienen interés en realizar actividades de este tipo, leer este cuento e incluso acercaros a la enfermedad y trabajarla, os animo a leer el cuento desde el link https://www.aecc.es/SobreElCancer/CancerInfantil/CancerInfantil/Cuentos/Documents/Lina.pdf y, en la misma línea, pero desde la visión de la mamá enferma, os animo a leer «Qué te ocurre mamá», de la autora Sonia Fuentes, desde el link https://www.seom.org/seomcms/images/stories/recursos/infopublico/noticias/Cuento_que_te_ocurre_mama.pdf
Gracias una vez más por leerme, y otra vez más espero sus opiniones y respuestas,
Un saludo y feliz lunes,
Lucía Hdez Maíllo.